martes, 29 de marzo de 2011

APORTE DE KLEBER RAMIREZ ROJAS AL MOVIMIENTO POPULAR

Con Profunda admiración y respeto a la Sra. Violeta Hernández (viuda de Kleber) y a sus hijos: Pablo Alfonso, Simón Alberto y Yamira Isabel.


                                                                Caracas, 14-03-2011


“… Los que mueren por la vida, no pueden llamarse muertos, y a partir de este momento es prohibido llorarlos…”

                                                                    Alí Primera

Kleber Ramírez Rojas, hijo de Chiguará, vio su primera luz en 1937 en este bello pueblito Merideño, miembro de la Juventud Comunista, miembro fundador de Ruptura y del PRV, incansable luchador en el proceso por la radical transformación de la realidad venezolana y teórico del movimiento que desembocó en el 4-F de 1992.

Cuando hablo del Camarada, llegan a mi gratos recuerdos de mi Liceo “25 de Julio” cuando un grupos de utópicos soñadores decidimos transformar al mundo y por ende nuestro país, caigo en las remembranzas mas bellas, mas idealistas plena de amistad, de amores juveniles, de sueños y añoranzas , la primera vez que vi a Kleber Ramírez Rojas, fue luego de la decisión de varios compañeros de estudios de insertar nuestro centro de estudiantes a el PRV-Ruptura, mi primera impresión fue de encontrarme con un diplomático o un religioso, (tiempo después fue que supe que había sido seminarista), Sus manos eran curtidas y siempre se movían acompañando las palabras. Era un hombre de paso sosegado y de andar pausado y tranquilo. Sus cabellos y bigotes blancos le daban un aspecto gentil. Para muchos sería difícil pensar que este hombre fue uno de los fundadores del FLN y de las FALN y posteriormente coordinador nacional del Movimiento Político Ruptura. Estuvo en Nicaragua unos ocho meses antes de la caída de Somoza, visitó Viet Nam y estrechó la mano de Ho Chi Ming en el año 61, además estuvo en Irak, China y la Unión Soviética. La sonoridad de su voz nos remontaba a los Páramos Andinos, con sus helechos y la neblina del paso de los Andes, siempre tutor, siempre educado, siempre risueño y afectuoso, entregado, con devoción a la causa revolucionaria.

Durante mucho tiempo nos apropiarnos de la riqueza de su pensamiento, de sus reflexiones, él al igual que Pedro Ortega Díaz, Alfredo Maneiro, Douglas Bravo y muchos otros nos nutrieron de conocimiento y fortaleza revolucionaria.

El aporte de Kleber al movimiento popular fue absoluto y esencial, de el fue la primera persona que escuchamos hablar del “Estado Comunero” Kléber se convierte en una perfecta encrucijada entre la historia del movimiento revolucionario y los idearios que nacen de los bolsones de resistencia de la sociedad y las tendencias más progresivas del movimiento Popular revolucionario.

Confieso que por un momento muchos luchadores populares perdimos aunque no del todo sus rastro, estaba en su natal Chiguará realizando faenas pecuarias. Y reflexionando sobre el fracaso permanente de la “izquierda venezolana”, Fue poco antes de los acontecimientos del 27 y 28 e febrero de 1989, que logre gracias a un gran camarada Iván Maestre (el gochito Talibán) reestablecer comunicación y encuentro con el, ya por ese tiempo algunos compañero lo llamaban por cariño el viejo. Fue por esa fecha que acelero la concreción de sus reflexiones. Dejando de un lado, como el mismo lo señalaba, a manera de broma “el milagro agrícola”, debido a que ya se percibía el agotamiento y surgía con mayor fuerza la crisis económica del país y por supuesto del sistema. Al respecto el señalaba que “la crisis del Estado venezolano se resolvía solamente con la liquidación y entierro de ese estado Gomesista, creando uno nuevo que el había llamado “Comunero”.Conversar con el se había convertido en un acto absolutamente necesario. Dada su claridad y su audacia para plantear las cuestiones esenciales del movimiento popular, lo cual nos permitía afirmar la vigencia y la vivacidad de su pensamiento. Buscando siempre iluminar caminos hacia una praxis genuinamente revolucionaria, buscando trascender y superar los lastres de la izquierda venezolana, le concedió la mayor importancia a la batalla de las ideas. Siempre con un afilado sentido crítico y en permanente combate contra los dogmas. Desde su perspectiva, había que pensarlo y repensarlo todo para convertir a la utopía concreta en una Revolución genuina e inédita por la que nunca dejó de combatir.

Era un gran conversador, jovial, sabía conversar y escuchar con detenimiento, siempre me sorprendió como mostraba en todo momento su serenidad, cabe señalar que ante durante y después de la rebelión necesaria, era uno de los hombres más buscados por los cuerpos de Seguridad del Estado y por grupos de paramilitares como La Cobra Negra, por ser considerado el ideólogo e inspirador del levantamiento del cuatro de febrero. Razón por la cual había sido señalado y condenado a muerte. Pero paradójicamente Kleber nunca parecía tener miedo, sus palabras eran seguras y alejaban toda sospecha de temor. Más bien transmitía evocadoras imágenes que llevaban a replantearse la esperanza, sin lugar a duda fue Indoblegable, sus análisis para algunos tenían una fuerte carga utópica que impregna su pensamiento, pienso que; -pudiera ser cierto- pero haciendo la salvedad que se trataba de una utopía concreta, más aún, de una utopía enraizada que extrae su poderoso aliento de todas luchas que, históricamente, ha librado nuestro Pueblo.

Kléber se ganaba a la gente con su sencillez y humildad. En un lenguaje llano dibujaba lo que considera las líneas maestras de la transformación de Venezuela, por eso habla de dignidad y soberanía, desarrollo integral del hombre, ciencia y tecnología al servicio de la independencia y solidaridad continental latinoamericana, además profesaba un gran Bolivarianismo, incluso uno de su hijos lleva por nombre “Simon”, en honor al libertador.

Fue un hombre que siempre vivió en un filo y lo hizo con una enorme dignidad, con una enorme solvencia política, moral e intelectual. Un hombre que era capaz de unir lucidez y modestia, aun en los momentos más difíciles

Kléber fue de los venezolanos que mejor entendió la necesidad de darle vida a un nuevo proyecto político nacional. Necesidad teórica y práctica porque el señalaba que “primero son las ideas que moverán voluntades al unísono y en la misma dirección, y en segundo lugar las formas de lucha”. La línea de fuerza fundamental que, en su criterio, debía orientar la construcción de una nueva República era “PRODUCIR ALIMENTOS, CIENCIA Y DIGNIDAD”. Insistía en ello una y otra vez en tanto que consideraba es la clave para reapropiarnos de nuestra soberanía.

Consideraba que era a través de la insurgencia cívico-militar, no exclusivamente militar, que debía dar origen a la construcción colectiva y procesal de una democracia, llamémosla así, inédita. Otro problema es hasta qué punto el poder de visualización de Kléber fue comprendido plenamente en su momento. Nada fácil debe haberse convertido, para el estas incomprensiones y conflictos. Hay que hacer honor y justicia. Lo dijo porque se ha pretendido escamotear su presencia. Mejor dicho, su aporte, fue fundamental y aun no ha sido reivindicado históricamente en su autentica dimensión. Basta con recordar que fue el artífice de los decretos – leyes de emergencia nacional del 4 de febrero, así como del Acta Constitutiva del Gobierno de Emergencia Nacional que produjo los primeros comunicados y los primeros decretos que se iban a dar conocer luego de la victoria de la insurrección que debió se cívico-militar, aunque algunos sufran de amnesia y quieran olvidarlo. Lo más inverosímil e incomprensible, por ejemplo, fue que este ideólogo y forjador del espíritu de la rebelión del 4 de febrero, no hubiera participado en ella, por mezquindades humanas. El nos confeso que, se le notificó de su desencadenamiento el día anterior en la tarde.

Entrando en materia; El tema en cuestión es el aporte de Kleber al movimiento popular y me sobreviene una pregunta

¿Cómo pensar en el movimiento popular, en la Revolución Bolivariana sin el sólido aporte de Kléber Ramírez Rojas?

En el movimiento popular el abrió un camino para pensar en el porvenir. Quiero traer a colación un inmejorable ejemplo: Kléber hablaba siempre de la democracia comunal. Nuestros consejos comunales tienen un nítido antecedente en su pensamiento en sus escritos. En el más puro espíritu robinsoniano, pensaba que había llegado la hora para que “LAS COMUNIDADES ASUMIERAN PODERES DE ESTADO, LO QUE CONLLEVARÁ ADMINISTRATIVAMENTE A LA TRANSFORMACIÓN GLOBAL DEL ESTADO VENEZOLANO Y SOCIALMENTE EL EJERCICIO REAL DE LA SOBERANÍA POR PARTE DE LA SOCIEDAD A TRAVÉS DE LOS PODERES COMUNALES”.

El señalaba que era requisito de los demócratas auténticos, vincularse activa y realmente al Pueblo, y orientarlo hacía su redención. Y hablaba del “Pueblo Armado”. Pueblo armado en todos los sentidos: la conciencia; las ideas; la moral; la organización la movilización; la producción; las armas; en alianzas y praxis perseverantes y transformadoras. Recuerdo que decía: “estos son los requisitos para liberar a los humildes, los explotados y los reprimidos; o mejor para que ellos se liberen y rediman en contextos revolucionarios, junto a sus liderazgos legítimos y debemos insistir en vencer al imperialismo.” Un imperialismo que hoy sigue interviniendo contra las luchas de los pueblos, “Es necesario, entonces, ir al encuentro del pueblo y decidir con base a sus creencias. Nadie debe hablar a nombre de este si vive aislado de nuestra gente, atrincherado en su pequeño comando, en unas siglas, o en sus partidos” y luego señalaba lleno de alegría “chico es el poder popular y no otro”. Por supuesto, “los renegados y conversos no tienen espacio en este nuevo proceso; mucho menos, los oportunistas pragmáticos, ni los academicistas retóricos, ni los neutrales indiferentes”.

Necesitamos claridad y perseverancia. Convencimiento y pasión. Entrega y sacrificio ¡Cuán exigente es el apostolado político en función colectiva! Cuán heroica es la coherencia entre la predica y la practica. Cuan débil suele resultar la condición humana para darle curso cotidiano a las luchas sin impaciencias, ni ambiciones, ni inmediatismos, ni prepotencias sectarias, que dividen y dispersan los esfuerzos del movimiento popular contra el Estado neoliberal. Era y es en este contexto de ideas y urgencias de contenido ético y de ideario político, donde se inscribe el pensamiento y platica para el debate, el combate y la esperanza; para la reflexión y la acción, siempre en función del Pueblo. Pero no de cualquier Pueblo, concebido para el Pueblo popular y revolucionario

Su propuesta era, “una propuesta de alianzas populares para la difícil pero impostergable lucha común”. El carácter popular de esta lucha unitaria resultó objetivamente legitimado cuando analizamos y correlacionamos las experiencias, aciertos y errores que nos condujeron al proceso revolucionario bolivariano, El carácter democrático de esta propuesta, bajo el liderazgo de Chávez, es inminentemente popular y transformador. En consecuencia, no se trata de salvar esta democracia corrupta y oligarca, sino de construir la auténtica democracia sin élites ni privilegios.

Estos y otros asuntos, sometidos a debate podrían contribuir a la clarificación ideó política que nos conduzca al proceso formativo de lo que Kléber llama un “Estado comunal” en una República Bolivariana e Insurgente”. De esta manera —agregaba— haríamos realidad la premonición de Aquiles Nazoa, expresada en la frase: “Creo en los poderes creadores del pueblo y en sus capacidades autogestionarias y transformadoras.” Siempre advirtiendo que, sin el pueblo activando e insurgiendo todo se convierte en verbalismo inútil. Es que era un insurgente permanente.

En el año 92 a los que veníamos impulsando las Asambleas de los Barrios no llego un importantísimo documente de Kleber que fue intitulado “Algunos peligros en el movimiento popular” el cual señalaba: En toda acción humana se corren riesgos y peligros, por lo tanto, definirlos no es un acto de pesimismo sino de optimismo alerta para impedir sus negativas consecuencias.

El riesgo general sería la derrota del movimiento, por lo cual debemos precisar, según el momento, los peligros fundamentales que se vayan presentando para conjurarlos y avanzar seguros por nuestra victoria.

El objetivo fundamental para esta primera etapa consiste en la renuncia del presidente Pérez y en el establecimiento de un Gobierno de Emergencia Nacional, sin obstaculizar su posible amplitud, con tal de que en su conformación esté el comandante Chávez u otro de los comandantes del 4F. Este Gobierno de Emergencia Nacional, se abocará a preparar las condiciones para convocar una constituyente verdaderamente democrática; por lo tanto, siendo la amplitud ideológica una gran conquista democrática, no se perderá en la lucha por los objetivos inmediatos trazados…..”

Por otra parte En Julio de 1.994 llego a mi un escrito del Viejo titulado, “Consideraciones en torno al movimiento popular de los barrios” Una iniciativa que veníamos ejecutando algunos luchadores sociales desde el año 92 donde se Leia: “Resumiendo podemos señalar que nuestros objetivos inmediatos consisten en construir la unidad del movimiento popular, conquistando y desarrollando una conciencia propia. Entonces, será necesario una oposición a fondo al gobierno de Caldera, porque ello nos ayudará a producir el deslinde ideológico y la ruptura con los conciliadores, lo cual a su vez acelerará la aparición de la conciencia popular. Estratégicamente, la lucha será por la liquidación del actual Estado gomecista, para que nos permita conquistar una nueva democracia, dirigida por un gobierno de insurgencia popular y organizativamente por construir una gran alianza venezolana por el rescate de la dignidad nacional y que obviamente acelere la creación de la IV República comunera y autárquica.

¡Unámonos por la conquista de los derechos políticos de todo el pueblo!

Kleber Ramírez Rojas fue sembrado en 1998, un año antes de ver cristalizado el triunfo del Presidente Chávez, Murió germinando sus sueños y nos legó como herencia, la responsabilidad de abandonarlo todo en la lucha infinita por aproximar su realización a la transformación de la sociedad.

Nunca digo adiós a nadie. Nunca dejo que las personas que me marcaron se vayan. Me las llevo conmigo a donde vaya, hasta siempre Camarada.

Ramses Augusto Reyes

PODER CONSTITUYENTE VS PODER CONSTITUIDO

                                                                                                               Caracas, 12-03-2011


    “…Cualquier poder, si no se basa en la unión, es débil…”

                                          Jean de La Fontaine


El poder constituyente según algunos estudiosos de la materia ha sido definido como la "voluntad originaria, soberana, suprema y directa que tiene un pueblo, para constituir un Estado dándole una personalidad al mismo y darse la organización jurídica y política que más le convenga".

Sin embargo, la concepción revolucionaria, debe ir mas allá, si bien es cierto que cubre las características anteriores, lo mas importante es señalar que ese poder constituyente no tiene fin; que no se detiene, que está siempre en actividad, que es Permanente, Su actividad no se agota con la construcción de los poderes constituidos; se hace manifiesto cuando las circunstancia políticas, así lo reclaman, no es de ejercicio discontinuo, es indisoluble y es absoluto.

El presidente Camarada ha insistido en que la diferencia entre el proceso constituyente en Venezuela y el de otros países es que aquí el poder constituyente se mantiene vivo y es la base de todo el proceso mismo, por lo tanto, no puede terminar con la elaboración de la constitución y el fallecimiento de la Asamblea Nacional Constituyente.

Por otra parte Antonio Negri señala al respeto que: “El proceso movido por el poder constituyente no se detiene. No se trata de limitar el poder constituyente, sino de hacerlo ilimitado. El único concepto posible de constitución es el de revolución: poder constituyente, precisamente, como procedimiento absoluto e ilimitado.”

El presidente Chávez en su discurso de presentación del proyecto de reforma constitucional señalo: “El poder constituyente originario, sólo ese poder puede continuar impulsando la revolución bolivariana [...] Nosotros debemos ayudar oyendo el clamor del poder constituyente, pulseando con él, abrazados con él, alimentándonos con él, vibrando con él. Ayudar, con nuestras potestades que él nos dio, a seguir abriendo puertas y derribando barreras que impiden la realización del sueño supremo de una patria libre, independiente, grande y próspera.”

A mí en lo particular me gusta Hablar del Proceso Popular Constituyente, aquel que discutíamos en el antiguo teatro Junín a finales del 1998. que ofrecía refundar la republica, en base a la sustitución del ordenamiento jurídico vigente para la época. Esta iniciativa contó con la presencia de cuadros muy valiosos dentro del Movimiento Popular como: Carlos Escarra Malave, Roland Denis, Anais Arismendi, Yadira Córdoba, Lina Ron, Eduardo arcano y este humilde servidor, para señalar a algunos de los participantes en tan bello esfuerzo, recuerdo que es desde esa apertura de discusión ideológica y conceptual que se logro desde hace ya un buen tiempo atrás, hablar de implementar mas que una asamblea constituyente (meramente jurídica), el “PROCESO POPULAR CONSTITUYENTE” incluso se señalaba que debían ser ambas instancias trabajando de manera paralela. El “PROCESO POPULAR CONSTITUYENTE”, cuya temporalidad rebasaba por entero la rigidez que como requisito jurídico debía soportar la “ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE” desde mi óptica era ideal, nuestra iniciativa considero estaba más preñado de pueblo, era la propuesta que surgía de las entrañas del pueblo y sigue siendo sin lugar a duda la proposición del Poder Popular. Además en cuanto al espacio y participación el “PROCESO POPULAR CONSTITUYENTE”, es un espacio infinitamente más amplio y pleno de vida que el templo sagrado del parlamento. Nuestra Revolución debe ser protagonizada por un pueblo que se debe convertir de manera permanente en una fuerza constituyente de nuevo orden, nueva sociedad, nueva vida.

Para 1998, en medio del debate electoral y la propuesta del comandante Hugo Chávez Frías de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, se incorporó al discurso argumentado de las corrientes populares, la necesidad inexcusable de derrocar el viejo, corrupto y rancio Poder Constituido de la Cuarta República, como condición necesaria para avanzar en la refundación de la República.

Posteriormente, el mismo comandante Chávez, curtido en el fuerte combate contra la embestida burguesa-imperialista de 1999-2003 y, esclarecido, aún más en sus lecturas y debates con revolucionarios y pensadores de diversas corrientes, acerca del carácter del Estado de la Transición y su papel en la construcción del Socialismo, propuso a la vanguardia revolucionaria y al pueblo bolivariano, no “refundar”, sino construir, una nueva República, aseverando que, toda refundación suponía, una versión “modernizada” del mismo orden capitalista opresor, por lo que, la dirección histórica de este proceso debía dirigirse a la construcción del Estado de Libertad, Igualdad y Justicia, es decir: El Socialismo.

Todo este esfuerzo político desarrollado en el marco de las coyunturas favorables que se presentaron para el proceso y especialmente para el movimiento Popular, han permitido avanzar en el desmantelamiento del viejo Estado, pero se hace evidente la pérdida del impulso de destrucción del viejo Poder Constituido y la aparente consolidación de valores e instituciones políticas de la Cuarta República que, anidadas en el nuevo aparato del Estado en Transición, intentan desviar o retardar el camino hacia el objetivo histórico de los pueblos: que no es otro que El Socialismo.

Esto esta sucediendo, porque se ha perdido el espíritu constituyente de 1999, reemplazando el “poder movilizador del pueblo y de las ideas”, por decisiones “bienintencionadas y a veces no” de responsables de los órganos del Estado, frenándose así, el Poder Constituyente del Pueblo Soberano, que tiene la responsabilidad política de destruir las bases ideológicas e institucionales del Poder Constituido de la Cuarta República y de hacer emerger el nuevo Poder Constituido que se haya impregnado con sus nuevos valores.

La muestra más evidente de esta renuncia para impulsar el proceso popular constituyente y por efecto el Poder Constituyente del Pueblo Soberano, se expresa en los espacios municipales y estadales, en donde el viejo orden jurídico burgués sigue intacto, donde no se convocan procesos constituyentes para adecuar sus normas a la nueva Constitución e, incorporar, las nuevas instituciones surgidas de las victorias populares, salvo contadas exenciones: donde es bueno señalar, un inédito proceso constituyente municipal, llevado a cabo por Julio Rafael Chávez, Alcalde de Carora en el Municipio Torres del Estado Lara, y donde el camarada Fernando Soto Rojas formo parte del equipo promotor, bella e interesante iniciativa de constituyente popular revolucionaria, que hicimos surgir en espacio de encuentro del poder popular . Pero por lo general la participación democrática y protagónica del pueblo es reducida a algunas pocas “consultas” que legitiman las decisiones tomadas por el aparato del nuevo Poder Constituido.

En estas circunstancias, es correcto el llamado del comandante Chávez a retomar el Proceso Constituyente, uno de los aportes fundamentales de la revolución bolivariana al proceso de cambio de nuestro país, de nuestra América y mas allá, con el fin de derrocar los vetustos edificios del viejo Poder Burgués y avanzar, con la participación democrática y protagónica del Pueblo Soberano, en la construcción del Estado de Libertad, Igualdad y la Justicia:

El proceso popular constituyente se va desarrollando en el curso de los mismos acontecimientos. En la medida que progresa el proceso revolucionario se van desarrollando nuevas formas orgánicas que tienden a una mayor autonomía de autoorganización y de síntesis orgánica a nivel regional y a nivel nacional.

De igual manera, el poder constituyente —que se llama así precisamente porque “constituye”, porque crea poderes constituidos— no se limita simplemente a crear a los poderes constituidos, sino que actúa permanente sobre los poderes que ha constituido, puede establecerse entre ellos, no una relación de oposición, sino de complementación dialéctica.

Que los poderes constituidos se independicen y escapen al control del poder constituyente, como ha ocurrido en las democracias liberales burguesas, no significa que en el proceso popular revolucionario, los poderes constituidos no puedan estar en perenne correspondencia con el poder constituyente absorbiendo sus orientaciones como guía para su desempeño y rindiéndole periódicamente cuentas, es por esta razón, que considero tan erróneo afirmar que el poder constituyente debe desvanecerse una vez concretados los poderes constituidos, como afirmar que lo único que debe existir es el poder constituyente y que todo poder constituido afecta negativamente al poder constituyente, el razonamiento para mi es sencillo estos se integran.

Por último, quisiera responder a una de las grandes críticas que hacen al Proceso Popular Constituyente los adversarios (que no son pocos dentro del proceso), según ellos este poder elimina el pluralismo político-ideológico. Considero que esta apreciación esta totalmente errada porque ¿dónde se da originalmente lo plural, las diferencias?, se da precisamente en las comunidades y esas diferencias deben ser respetadas. El poder popular no puede teñirse del color de un partido político, ni de una corriente religiosa, el poder popular, como no me he cansado de repetir desde hace bastante tiempo, debe ser de muchos colores, debe ser como el arco iris y debe dar cabida a todas y todos los ciudadanos de Venezuela. Son las personas que habitan en una comunidad, centro de trabajo o estudio, que se deba argumentar y sustentarse en una discusión dialéctica eso es otra cosa. Ya en mi último trabajo “Poder Popular Construcción y consolidación en la Venezuela del siglo XXI” lo planteaba, El pueblo no debe adoptar de un modo religioso los planteamientos de tal o cual grupo sino que debe pensar por si solo, decidir y actuar por sí mismo bajo argumentación política ideológica. Que nosotros como socialista, como revolucionarios sepamos interpretar sus sueños considero es nuestra tarea.

Podemos hacer mucho, o hacer muy poco en la revolución bolivariana, siempre de acuerdo el lugar que nos asigne la historia. Lo importante es hacer lo justo, en el momento justo y en la justa medida, actuar con amor y humildad característica esencial de un auténtico revolucionario…

“… En una revolución se triunfa o se muere si es verdadera…” “Patria Socialismo o Muerte…” “Venceremos”


                                                 Ramses Augusto Reyes



lunes, 7 de marzo de 2011

CARTA ABIERTA A UNA CAMARADA

Caracas, 6-3-2011


(Corrientes Revolucionarias Venezolanas. C.R.V.)


No sé cómo te llegará esta carta camarada pero, desde Corrientes Revolucionarias venezolanas (C.R.V) nos sentimos en la necesidad de hacerlo, te escribimos con las palabras más puras que nuestro espíritu ha podido destilar para ti. El camarada Ali decía: Cuando muera quiero que me despidan con “Flores rojas puño en alto y me prometa seguir luchando” así te despedimos ¡por ahora!, Si de las mujeres es llorar "seremos mujeres entonces"

Conocí a mi amiga Lina Ron “el ser humano” mas allá de lo que digan, con sus quimeras, anhelos, sus dudas, su amor al prójimo, “chico estoy convencida que solo el pueblo salva al pueblo…” y luego reía, así era la catira, la comandante.

La historia es así: unos mueren tarde y otros mueren temprano. Algunos verdugos viven mucho tiempo y muchos revolucionarios viven poco tiempo.

Escribir sobre una revolucionaria muerta es, a veces, sencillo y, en otras, complejo, mas cuando se trata de un amiga y hermana de lucha, sobre Lina Ron se tejerán redes de opiniones de diversos calibres: algunos pocos, aplaudirán su muerte; y otros la gran mayoría, lo lamentamos. Unos pocos, lo festejarán lanzando palabras de fuego, dándole gracias a Dios por haber decidido quitarle la vida; esa gente acostumbrada a vivir la política de manera cortesana, los impedidos espiritual y moralmente de hacer política en la calle, no podían enfrentar a una Lina Ron, porque ella nunca calculó perdidas, siempre apostaba por la conquista. Esa manera de hacer política que muy bien puede llamarse "echapalantismo" es creación autentica y legítima de La Catira, otros, lo sentiremos en lo mas profundo de nuestro ser.

Solo se que sus méritos están a la vista y sus errores también. Así somos los seres humanos, seamos del tamaño que seamos.

Muchos la recordaremos por su perseverancia, su inquebrantable lucha por la profundización del proceso bolivariano y de condena de parte de quienes no quisieron entenderla en la sinceridad de su defensa del proceso revolucionario. Mi amiga lo primero que le espetaba a su opositor era la verdad. Tú eres un ladrón, en tal fecha, en tal gobierno hiciste esto, participaste en tal acto; tú eres un cómplice de asesinos, en la IV hiciste tal cosa, acompañaste a fulano en tal vagabundería. ¡Lina políticamente era invencible! de allí que lo único posible ante su fuerza avasallante son dos opciones: una pedir perdón, de seguro que pasada la volatilidad lo conseguiría; y, la otra, la banalidad, el ataque por mampuesto, la cobardía, no enfrentar los hechos, resguardarse en la falta de maquillaje ¡puras banalidad!.

Murió joven mi amiga y compañera de sueños. Murió cuando mucho tenía que dar por los ideales en que creyó y por los cuales luchó. Se fue a cabalgar, siendo joven, entre los quijotes ya llenos, y enriquecidos de conocimientos y experiencias que siguen andando “haciendo camino al andar” como ejemplo para los vivientes en la Tierra que quieren transformar el mundo, de pies a cabeza, y no perder tanto tiempo en continuar interpretándolo.

Desde C.R.V lamentamos, pues, la muerte de la camarada y mujer de la patria, nos duele en el corazón y, especialmente, por ese tiempo que le quedaba para sus luchas y se la llevó la muerte. Nada vamos a responder a los que levantarán murallas de improperios para descalificar la vida, el pensamiento y la obra de mi amiga.

Que repiquen campanas para hacer misas clandestinas dándole gracias a Dios de su partida, no me importa. Si alguien o algunos convocan a una misa que respete el pensamiento y la obra de mi camarada, aunque por principio no tenga ninguna religión oficial, asistiremos o no (ya da igual), a ella y rezaremos los padrenuestro o los avemaría que sean necesarios sin burla de ningún género a la fe de los presentes.

Para todos los familiares de la camarada, a las Redes Populares de Catia, donde nos conocimos antes de aparecer nuestro líder y presidente Chávez, a los miembros de la U.P.V, que dimos forma y hicimos surgir sus siglas en una esquinita de la plaza de la revolución, (recuerdas Humberto) sin distingo de credos o de otra naturaleza, hacemos llegar nuestro más sentido pésame de condolencia, nuestro abrazo solidario con el dolor y nuestras palabras de reconocimiento para quien en vida fue, y seguirá siendo con su ejemplo, una camarada a carta cabal. No solicitamos paz a sus restos, porque sabemos que desde otras latitudes de la naturaleza seguirá, con su memoria en poder de luchadores sociales, siendo un estandarte de pensamiento y de lucha para quienes le sobreviven y aspiran que un día, ojala sean más temprano que tarde, los torbellinos o tempestades de gritos y cantos de pueblos enteros conquisten para inaugurar, por siempre, un mundo pleno de justicia, libertad, paz, armonía, ternura, equidad, amor y solidaridad en un planeta completamente transformado en humanidad y no en naciones, continentes y pueblos diferentes.





Ramses Augusto Reyes
Secretario General Nacional C.R.V
(Corrientes Revolucionarias Venezolanas)


¡Construyendo Poder Popular!