Caracas, 14-03-2011
“… Los que mueren por la vida, no pueden llamarse muertos, y a partir de este momento es prohibido llorarlos…”
Alí Primera
Kleber Ramírez Rojas, hijo de Chiguará, vio su primera luz en 1937 en este bello pueblito Merideño, miembro de la Juventud Comunista, miembro fundador de Ruptura y del PRV, incansable luchador en el proceso por la radical transformación de la realidad venezolana y teórico del movimiento que desembocó en el 4-F de 1992.
Cuando hablo del Camarada, llegan a mi gratos recuerdos de mi Liceo “25 de Julio” cuando un grupos de utópicos soñadores decidimos transformar al mundo y por ende nuestro país, caigo en las remembranzas mas bellas, mas idealistas plena de amistad, de amores juveniles, de sueños y añoranzas , la primera vez que vi a Kleber Ramírez Rojas, fue luego de la decisión de varios compañeros de estudios de insertar nuestro centro de estudiantes a el PRV-Ruptura, mi primera impresión fue de encontrarme con un diplomático o un religioso, (tiempo después fue que supe que había sido seminarista), Sus manos eran curtidas y siempre se movían acompañando las palabras. Era un hombre de paso sosegado y de andar pausado y tranquilo. Sus cabellos y bigotes blancos le daban un aspecto gentil. Para muchos sería difícil pensar que este hombre fue uno de los fundadores del FLN y de las FALN y posteriormente coordinador nacional del Movimiento Político Ruptura. Estuvo en Nicaragua unos ocho meses antes de la caída de Somoza, visitó Viet Nam y estrechó la mano de Ho Chi Ming en el año 61, además estuvo en Irak, China y la Unión Soviética. La sonoridad de su voz nos remontaba a los Páramos Andinos, con sus helechos y la neblina del paso de los Andes, siempre tutor, siempre educado, siempre risueño y afectuoso, entregado, con devoción a la causa revolucionaria.
Durante mucho tiempo nos apropiarnos de la riqueza de su pensamiento, de sus reflexiones, él al igual que Pedro Ortega Díaz, Alfredo Maneiro, Douglas Bravo y muchos otros nos nutrieron de conocimiento y fortaleza revolucionaria.
El aporte de Kleber al movimiento popular fue absoluto y esencial, de el fue la primera persona que escuchamos hablar del “Estado Comunero” Kléber se convierte en una perfecta encrucijada entre la historia del movimiento revolucionario y los idearios que nacen de los bolsones de resistencia de la sociedad y las tendencias más progresivas del movimiento Popular revolucionario.
Confieso que por un momento muchos luchadores populares perdimos aunque no del todo sus rastro, estaba en su natal Chiguará realizando faenas pecuarias. Y reflexionando sobre el fracaso permanente de la “izquierda venezolana”, Fue poco antes de los acontecimientos del 27 y 28 e febrero de 1989, que logre gracias a un gran camarada Iván Maestre (el gochito Talibán) reestablecer comunicación y encuentro con el, ya por ese tiempo algunos compañero lo llamaban por cariño el viejo. Fue por esa fecha que acelero la concreción de sus reflexiones. Dejando de un lado, como el mismo lo señalaba, a manera de broma “el milagro agrícola”, debido a que ya se percibía el agotamiento y surgía con mayor fuerza la crisis económica del país y por supuesto del sistema. Al respecto el señalaba que “la crisis del Estado venezolano se resolvía solamente con la liquidación y entierro de ese estado Gomesista, creando uno nuevo que el había llamado “Comunero”.Conversar con el se había convertido en un acto absolutamente necesario. Dada su claridad y su audacia para plantear las cuestiones esenciales del movimiento popular, lo cual nos permitía afirmar la vigencia y la vivacidad de su pensamiento. Buscando siempre iluminar caminos hacia una praxis genuinamente revolucionaria, buscando trascender y superar los lastres de la izquierda venezolana, le concedió la mayor importancia a la batalla de las ideas. Siempre con un afilado sentido crítico y en permanente combate contra los dogmas. Desde su perspectiva, había que pensarlo y repensarlo todo para convertir a la utopía concreta en una Revolución genuina e inédita por la que nunca dejó de combatir.
Era un gran conversador, jovial, sabía conversar y escuchar con detenimiento, siempre me sorprendió como mostraba en todo momento su serenidad, cabe señalar que ante durante y después de la rebelión necesaria, era uno de los hombres más buscados por los cuerpos de Seguridad del Estado y por grupos de paramilitares como La Cobra Negra, por ser considerado el ideólogo e inspirador del levantamiento del cuatro de febrero. Razón por la cual había sido señalado y condenado a muerte. Pero paradójicamente Kleber nunca parecía tener miedo, sus palabras eran seguras y alejaban toda sospecha de temor. Más bien transmitía evocadoras imágenes que llevaban a replantearse la esperanza, sin lugar a duda fue Indoblegable, sus análisis para algunos tenían una fuerte carga utópica que impregna su pensamiento, pienso que; -pudiera ser cierto- pero haciendo la salvedad que se trataba de una utopía concreta, más aún, de una utopía enraizada que extrae su poderoso aliento de todas luchas que, históricamente, ha librado nuestro Pueblo.
Kléber se ganaba a la gente con su sencillez y humildad. En un lenguaje llano dibujaba lo que considera las líneas maestras de la transformación de Venezuela, por eso habla de dignidad y soberanía, desarrollo integral del hombre, ciencia y tecnología al servicio de la independencia y solidaridad continental latinoamericana, además profesaba un gran Bolivarianismo, incluso uno de su hijos lleva por nombre “Simon”, en honor al libertador.
Fue un hombre que siempre vivió en un filo y lo hizo con una enorme dignidad, con una enorme solvencia política, moral e intelectual. Un hombre que era capaz de unir lucidez y modestia, aun en los momentos más difíciles
Kléber fue de los venezolanos que mejor entendió la necesidad de darle vida a un nuevo proyecto político nacional. Necesidad teórica y práctica porque el señalaba que “primero son las ideas que moverán voluntades al unísono y en la misma dirección, y en segundo lugar las formas de lucha”. La línea de fuerza fundamental que, en su criterio, debía orientar la construcción de una nueva República era “PRODUCIR ALIMENTOS, CIENCIA Y DIGNIDAD”. Insistía en ello una y otra vez en tanto que consideraba es la clave para reapropiarnos de nuestra soberanía.
Consideraba que era a través de la insurgencia cívico-militar, no exclusivamente militar, que debía dar origen a la construcción colectiva y procesal de una democracia, llamémosla así, inédita. Otro problema es hasta qué punto el poder de visualización de Kléber fue comprendido plenamente en su momento. Nada fácil debe haberse convertido, para el estas incomprensiones y conflictos. Hay que hacer honor y justicia. Lo dijo porque se ha pretendido escamotear su presencia. Mejor dicho, su aporte, fue fundamental y aun no ha sido reivindicado históricamente en su autentica dimensión. Basta con recordar que fue el artífice de los decretos – leyes de emergencia nacional del 4 de febrero, así como del Acta Constitutiva del Gobierno de Emergencia Nacional que produjo los primeros comunicados y los primeros decretos que se iban a dar conocer luego de la victoria de la insurrección que debió se cívico-militar, aunque algunos sufran de amnesia y quieran olvidarlo. Lo más inverosímil e incomprensible, por ejemplo, fue que este ideólogo y forjador del espíritu de la rebelión del 4 de febrero, no hubiera participado en ella, por mezquindades humanas. El nos confeso que, se le notificó de su desencadenamiento el día anterior en la tarde.
Entrando en materia; El tema en cuestión es el aporte de Kleber al movimiento popular y me sobreviene una pregunta
¿Cómo pensar en el movimiento popular, en la Revolución Bolivariana sin el sólido aporte de Kléber Ramírez Rojas?
En el movimiento popular el abrió un camino para pensar en el porvenir. Quiero traer a colación un inmejorable ejemplo: Kléber hablaba siempre de la democracia comunal. Nuestros consejos comunales tienen un nítido antecedente en su pensamiento en sus escritos. En el más puro espíritu robinsoniano, pensaba que había llegado la hora para que “LAS COMUNIDADES ASUMIERAN PODERES DE ESTADO, LO QUE CONLLEVARÁ ADMINISTRATIVAMENTE A LA TRANSFORMACIÓN GLOBAL DEL ESTADO VENEZOLANO Y SOCIALMENTE EL EJERCICIO REAL DE LA SOBERANÍA POR PARTE DE LA SOCIEDAD A TRAVÉS DE LOS PODERES COMUNALES”.
El señalaba que era requisito de los demócratas auténticos, vincularse activa y realmente al Pueblo, y orientarlo hacía su redención. Y hablaba del “Pueblo Armado”. Pueblo armado en todos los sentidos: la conciencia; las ideas; la moral; la organización la movilización; la producción; las armas; en alianzas y praxis perseverantes y transformadoras. Recuerdo que decía: “estos son los requisitos para liberar a los humildes, los explotados y los reprimidos; o mejor para que ellos se liberen y rediman en contextos revolucionarios, junto a sus liderazgos legítimos y debemos insistir en vencer al imperialismo.” Un imperialismo que hoy sigue interviniendo contra las luchas de los pueblos, “Es necesario, entonces, ir al encuentro del pueblo y decidir con base a sus creencias. Nadie debe hablar a nombre de este si vive aislado de nuestra gente, atrincherado en su pequeño comando, en unas siglas, o en sus partidos” y luego señalaba lleno de alegría “chico es el poder popular y no otro”. Por supuesto, “los renegados y conversos no tienen espacio en este nuevo proceso; mucho menos, los oportunistas pragmáticos, ni los academicistas retóricos, ni los neutrales indiferentes”.
Necesitamos claridad y perseverancia. Convencimiento y pasión. Entrega y sacrificio ¡Cuán exigente es el apostolado político en función colectiva! Cuán heroica es la coherencia entre la predica y la practica. Cuan débil suele resultar la condición humana para darle curso cotidiano a las luchas sin impaciencias, ni ambiciones, ni inmediatismos, ni prepotencias sectarias, que dividen y dispersan los esfuerzos del movimiento popular contra el Estado neoliberal. Era y es en este contexto de ideas y urgencias de contenido ético y de ideario político, donde se inscribe el pensamiento y platica para el debate, el combate y la esperanza; para la reflexión y la acción, siempre en función del Pueblo. Pero no de cualquier Pueblo, concebido para el Pueblo popular y revolucionario
Su propuesta era, “una propuesta de alianzas populares para la difícil pero impostergable lucha común”. El carácter popular de esta lucha unitaria resultó objetivamente legitimado cuando analizamos y correlacionamos las experiencias, aciertos y errores que nos condujeron al proceso revolucionario bolivariano, El carácter democrático de esta propuesta, bajo el liderazgo de Chávez, es inminentemente popular y transformador. En consecuencia, no se trata de salvar esta democracia corrupta y oligarca, sino de construir la auténtica democracia sin élites ni privilegios.
Estos y otros asuntos, sometidos a debate podrían contribuir a la clarificación ideó política que nos conduzca al proceso formativo de lo que Kléber llama un “Estado comunal” en una República Bolivariana e Insurgente”. De esta manera —agregaba— haríamos realidad la premonición de Aquiles Nazoa, expresada en la frase: “Creo en los poderes creadores del pueblo y en sus capacidades autogestionarias y transformadoras.” Siempre advirtiendo que, sin el pueblo activando e insurgiendo todo se convierte en verbalismo inútil. Es que era un insurgente permanente.
En el año 92 a los que veníamos impulsando las Asambleas de los Barrios no llego un importantísimo documente de Kleber que fue intitulado “Algunos peligros en el movimiento popular” el cual señalaba: En toda acción humana se corren riesgos y peligros, por lo tanto, definirlos no es un acto de pesimismo sino de optimismo alerta para impedir sus negativas consecuencias.
El riesgo general sería la derrota del movimiento, por lo cual debemos precisar, según el momento, los peligros fundamentales que se vayan presentando para conjurarlos y avanzar seguros por nuestra victoria.
El objetivo fundamental para esta primera etapa consiste en la renuncia del presidente Pérez y en el establecimiento de un Gobierno de Emergencia Nacional, sin obstaculizar su posible amplitud, con tal de que en su conformación esté el comandante Chávez u otro de los comandantes del 4F. Este Gobierno de Emergencia Nacional, se abocará a preparar las condiciones para convocar una constituyente verdaderamente democrática; por lo tanto, siendo la amplitud ideológica una gran conquista democrática, no se perderá en la lucha por los objetivos inmediatos trazados…..”
Por otra parte En Julio de 1.994 llego a mi un escrito del Viejo titulado, “Consideraciones en torno al movimiento popular de los barrios” Una iniciativa que veníamos ejecutando algunos luchadores sociales desde el año 92 donde se Leia: “Resumiendo podemos señalar que nuestros objetivos inmediatos consisten en construir la unidad del movimiento popular, conquistando y desarrollando una conciencia propia. Entonces, será necesario una oposición a fondo al gobierno de Caldera, porque ello nos ayudará a producir el deslinde ideológico y la ruptura con los conciliadores, lo cual a su vez acelerará la aparición de la conciencia popular. Estratégicamente, la lucha será por la liquidación del actual Estado gomecista, para que nos permita conquistar una nueva democracia, dirigida por un gobierno de insurgencia popular y organizativamente por construir una gran alianza venezolana por el rescate de la dignidad nacional y que obviamente acelere la creación de la IV República comunera y autárquica.
¡Unámonos por la conquista de los derechos políticos de todo el pueblo!
Kleber Ramírez Rojas fue sembrado en 1998, un año antes de ver cristalizado el triunfo del Presidente Chávez, Murió germinando sus sueños y nos legó como herencia, la responsabilidad de abandonarlo todo en la lucha infinita por aproximar su realización a la transformación de la sociedad.
Nunca digo adiós a nadie. Nunca dejo que las personas que me marcaron se vayan. Me las llevo conmigo a donde vaya, hasta siempre Camarada.
Ramses Augusto Reyes